Opinión

Cuando Buonanotte metió el segundo gol, todavía faltaban 11 minutos para los 90 y el adicional, pero desde ese mismo momento tuve que empezar a contener las lagrimas. Me sentía un pelotudo: "¿por que voy a llorar?" Y desde ese instante iba y venía del partido. Cantaba por momentos, miraba como podía el partido por otros, y pensaba en que carajo me pasaba como para estar al borde del llanto. A la fuerza me contuve y terminé entero el partido. Enseguida me prendí de la radio de un compañero de bondi para ver que pasaba en la otra cancha.
La locura llegó cuando el relator anunció el final. Ahí, sin más, empecé a gritar "¡terminó! ¡terminoooooo!" y a correr por el pasillo de la Sivori y me abrazé con el señor que estaba al lado mío sufriendo como yo, lo abrazé a mis dos compañeros de viaje, y lo busqué a Juani pero sobre todo a Fede, mi compañero de programa y nos fundimos en un abrazo...¡por fiiiiiiinnnn! En la tercera temporada, por fiiiiiiiiiiiin la primera alegría futbolística para los que hacemos "Pasión por la Camiseta". Y fué ahí que se me vino encima tanto sufrimiento, tanta angustia acumulada y comprendí porqué mis ganas de llorar. Y no aguante mas y lo hice. Si, lloré de felicidad en el Monumental. Me quedé solo contra la pared, tapado por una bandera llorando de felicidad. Fueron mis 5 minutos de desahogo. Y arranqué de nuevo. Y no me olvidé de la piba que estaba también al lado nuestro y que cantaba y hablaba de futbol igual que cualquiera de nosotros, porque ahí estaba, llorando y la fui a abrazar y a decirle "vamos campeona, felicitaciones", y también de los chicos que vendían cosas de River, y me abrazé con el Negro y el Vasco...
Los que siempre estamos, no sólo en la cancha, sabemos de que se trata. Los que leemos todo sobre River en los diarios, en internet, los que escuchamos la radio, miramos tele y nos informamos día a día. Los que sufrimos por los resultados adversos pero más por las malas que pasa el club. Los que por estar expuestos en un medio (partidario en nuestro caso) tenemos que comernos miles de gastadas. Los que nos bancamos las bromas de propios y extraños. Los que después de una eliminación no podemos dormir por 3 días y soñamos cualquier cosa, como que le preguntamos a Bianchi porqué no quiere venir a River, que tenemos que ganar la Copa...
Los que estamos siempre, sabemos de que se trata. Después y más calmo, comprendí mis ganas de llorar.