La hinchada en Tigre (Foto: http://www.riverplate.com/)
River visitó a Tigre en Victoria y fue una verguenza. Nunca le encontró la mano al planteo de Cagna, generó pocas situaciones de gol y fue goleado en un partido histórico. Sólo la garra y el corazón de Ortega y Ahumada se destacaron en el Millo.
El resultado final fue un doloroso 1-4, convirtiendo Marco Ruben el unico gol de nuestro equipo. Equipo que no tuvo personalidad, reacción, amor propio ni ganas para dar vuelta la historia. Ortega tiene que jugar siempre: siente la camiseta como nadie, o mejor dicho, la siente como nosotros los hinchas. Ahumada mostró coraje pero estuvo muy sólo. El resto, pobre, muy pobre. Alexis Sanchez salió lesionado a los 3 minutos de juego después de una dura falta que ni siquiera fué cobrada por Salerni, de muy malo arbitraje. Además, el segundo gol de Tigre fue con la mano, aunque eso queda en segundo plano al ver la nula reacción de la defensa y de Carrizo tras un lateral que entró picando por toda el área hasta que el jugador de Tigre convirtió...¡un gol insólito!.
Por desición de Passarella, Carrizo volvió al arco relegando a Ojeda, que a esta altura no debe entender porqué el técnico lo sacó del 11 titular, porque en casi todos los partidos que jugó lo salvó al equipo...y al Kaiser, de sendas derrotas. Muy injusto para un hombre que dentro de la cancha respondió y afuera se la bancó esperando una oportunidad.
Passarella no renunció y espera ahora dar vuelta la historia este jueves en el partido por la Sudamericana. River la tiene brava, pero el Kaiser se tiene fé. Le quedan pocas cartas por jugar al DT Millonario. El plazo que él mismo se impuso a mitad de año se acorta. Las chances empiezan a evaporarse, el Torneo Apertura nos encuentra a 7 puntos del puntero, y en la Copa tenemos que levantar un resultado adverso sabiendo que si el rival convierte un gol nos complica mucho la historia. Será cuestión de tirar la mejor onda, se viene el clásico y aunque uno ya no quiera a éste técnico, a la contra hay que ganarle como sea.
El resultado final fue un doloroso 1-4, convirtiendo Marco Ruben el unico gol de nuestro equipo. Equipo que no tuvo personalidad, reacción, amor propio ni ganas para dar vuelta la historia. Ortega tiene que jugar siempre: siente la camiseta como nadie, o mejor dicho, la siente como nosotros los hinchas. Ahumada mostró coraje pero estuvo muy sólo. El resto, pobre, muy pobre. Alexis Sanchez salió lesionado a los 3 minutos de juego después de una dura falta que ni siquiera fué cobrada por Salerni, de muy malo arbitraje. Además, el segundo gol de Tigre fue con la mano, aunque eso queda en segundo plano al ver la nula reacción de la defensa y de Carrizo tras un lateral que entró picando por toda el área hasta que el jugador de Tigre convirtió...¡un gol insólito!.
Por desición de Passarella, Carrizo volvió al arco relegando a Ojeda, que a esta altura no debe entender porqué el técnico lo sacó del 11 titular, porque en casi todos los partidos que jugó lo salvó al equipo...y al Kaiser, de sendas derrotas. Muy injusto para un hombre que dentro de la cancha respondió y afuera se la bancó esperando una oportunidad.
Passarella no renunció y espera ahora dar vuelta la historia este jueves en el partido por la Sudamericana. River la tiene brava, pero el Kaiser se tiene fé. Le quedan pocas cartas por jugar al DT Millonario. El plazo que él mismo se impuso a mitad de año se acorta. Las chances empiezan a evaporarse, el Torneo Apertura nos encuentra a 7 puntos del puntero, y en la Copa tenemos que levantar un resultado adverso sabiendo que si el rival convierte un gol nos complica mucho la historia. Será cuestión de tirar la mejor onda, se viene el clásico y aunque uno ya no quiera a éste técnico, a la contra hay que ganarle como sea.
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