Por siempre patrón

Murió Néstor Pipo Rossi, arrogante dominador por años del mediocampo, en el Millo y en la Selección. Jugó con los más grandes y todo América lo admiró.


Llegué a tenerle bronca... No es un mea culpa (nunca tiré pilas ni radios), pero el hincha es así. Es más: de los rivales, Pipo parecía buscar más la rechifla que el aplauso. Provocador por presencia y por juego, "prepotente por físico y actitud". Fue el prototipo de quien todos quieren de compañero. Teniéndolo enfrente había que aguantarlo... Un día de semana, cuando la Selección practicaba con público, enfrentó a aquel Lanús del toque como religión. Y con Pipo como víctima principal sufrió el agrande de varios habilidosos; entre ellos Cejas, un muy buen número 9. El baile fue la comidilla de los diarios. El domingo siguiente River recibió a Lanús. Y Rossi sacó a Cejas de la cancha, y no justamente invitándolo a que saliera... Vendetta que no cabe calificar hoy pero que revela un carácter rayano a veces en la agresividad.Salió de las míticas Inferiores de River, y a los 20 años ya se la bancaba en Primera, entre pesados como Pedernera y el Charro Moreno. Llegó a la Selección a los 22, cuando ya eran astros tipos más grandes como Perucca, Pontoni o Labruna. Brilló en el Millonarios colombiano, cuando el éxodo. Pero los mundiales, en el 58 y en el 2002 también, suelen ser el réquiem de un jugador. El de Suecia lo encontró, ya grande, en medio del "veloz y práctico" estilo europeo, confusión que aún padecemos. Pero no largó el fútbol. Como DT volcó su experiencia, entre otros equipos, en Huracán, Racing, Boca (campeón 65), Millonarios, Granada de España, Cerro Porteño... Fue notable su paso por Atlanta en el 73; y en su segunda estadía en River hizo debutar a Passarella. Tan ligada al fútbol su vida, que su hija es la esposa de Jorge Burruchaga... Sobre su juego (ver página 2) vale lo dicho por su compañero Muñoz: "Paraba la pelota y ya tenía una idea titular y dos suplentes sobre qué hacer". Sí, se nos está yendo la gran camada de los 40 y los 50. Y Pipo merece una buena despedida. Porque allá arriba se está formando de nuevo La Máquina...

(Nota y foto Diario Olé)