Es el último gran ídolo de la gente de River, sin dudas. Por eso, la situación es especial, por donde se la mire. Por estas horas, el "burrito" vive momentos decisivos en su vida. Sabido es su "problema personal" como le llaman muchos, por no querer pronunciar la palabra "alcoholismo", y como repercute ésta enfermedad en la profesión de Ortega. Llegadas tardes, en malas condiciones, a prácticas, concentraciones, y hasta llegadas nunca concretadas, fueron haciendo del problema un tema cada vez mas complicado y laberintico. Passarella en su segunda etapa como entrenador del Millo lo trató de ayudar, Simeone lo borró después de usarlo para lograr el Clausura '08, y ahora Astrada lo sufre, sin saber exactamente que hacer. El club le pide apoyo a la familia, Ortega pide que nadie se meta con su "problema personal" y todo hace, Ortega hace, que la pelota siga rodando, alargando el embrollo sin siquiera parar la pelota para pensar.
A su edad, Ortega sabe que parando para salir de su enfermedad, el futbol para él será historia. Por eso, no quiere. Y no reconoce tampoco que está enfermo. Sabe que le hace mal a sus seres queridos, principalmente, pero estira todo lo que puede el asunto con tal de seguir jugando.
Pero se acerca un momento decisivo. En junio se vence el contrato del jujeño con River. Astrada, ni siquiera lo concentró para los últimos partidos y nadie sabe hasta cuando aguantará el jugador en esas condiciones. Y a mitad de año, primero habrá que ver si las partes se sientan a dialogar con el fin de renovarle el contrato a Ortega. Ahí, seguramente el club exigirá como condición fundamental un tratamiento, cosa que hasta el momento Ortega casi siempre rechazó (salvo aquella internación en Chile).
Ortega vive, seguramente, sus últimos días como jugador de River. Su enfermedad, su negativa a recuperarse y su edad, así lo marcan.