
Radamel Falcao grita su gol (hacía mucho que el colombiano no convertía) y desata la locura en el Monumental. Después de la asesina patada de Angeleri, el Gladiador decidió aguantar los últimos minutos del partido en cancha. Como la herida sangraba (terminado el encuentro le dieron 2 puntos de sutura en el labio) tuvo que colocarse un algodón. Y así siguió. Y así se desmarcó hasta quedar sólo en el área. Y así recibió el pase del chileno Alexis Sanchez (Sud America unida) que lo dejó de cara al arco Pincha. Y así definió de puntín para asegurar el partido con el 4-2 definitivo. Y si, así festejó. La locura es personal, dicen Los Garfios, y Radamel le dió rienda suelta a la suya.